PostHeaderIcon Capitulo 17

Llevábamos andando varias horas y apenas ninguno de los 9 que íbamos hacia la ciudad había dicho nada. Una chica joven, de unos veintitantos años de edad iba llorando mientras andaba. Seguramente había perdido a algún conocido durante la masacre o quizás simplemente lloraba de impotencia al ver que su vida jamás volvería a ser la misma.

Un par de chicos se pararon y pidieron la atención de los demás.

- ¡Perdonad! ¡Un momento!

Todos nos giramos para verles.

- ¡Escuchad! ¿Qué pensáis hacer cuando lleguéis a la ciudad? Ya vistéis que está rodeada, que sellaron el alcantarillado, el metro... No había forma de entrar o salir de allí después de que lo cerrasen.

- Encontraremos la forma. Es muy difícil que lo hayan sellado todo en tan pocos días. - dijo mi marido.

- Haced lo que queráis, pero os volverán a coger y os volverán a llevar a otro antro como en el que estábamos.

- ¿Qué pensáis hacer vosotros? - pregunté.

- Nos desviaremos siguiendo esa carretera secundaria y llegaremos a un pequeño pueblo donde conocemos gente - dijo el chico mientras señalaba la carretera que pensaban seguir.

- ¿Qué os hace pensar que no habrá infectados ya allí?

- Es un pueblo pequeño y sólo se puede llegar por ésta carretera secundaria. Esperamos que aún nada de ésta mierda haya llegado allí. Además, preferimos ir a un sitio donde no sabemos si hay infectados que meternos en el epicentro de la infección.

- ¿Abandonaréis vuestros hogares? - Preguntó un hombre que estaba a mi derecha.

- ¿Hogares? Lo que fuese en el pasado ya no importa. Ahora esa ciudad no es más que una ciudad fantasma. No es más que el Chernobyl del siglo XXI. Buscaremos suerte en otra parte.

Nadie más dijo nada, seguramente porque había mucho de cierto en sus palabras. Se despidieron con un -Nos vemos, suerte- y se giraron para seguir su camino.

Nosotros por nuestra parte seguimos caminando hacia nuestra ciudad. En pocas horas llegaríamos.

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