PostHeaderIcon Capitulo 33

- ¡Salid del coche! ¡Corred hacia la gasoline - No pude terminar de pronunciar la frase cuando el muerto se tiró en plancha sobre el capó del coche, rebentando el parabrisas con la cabeza y cayendo en el interior del vehículo.

Pudimos salir corriendo mientras el monstruo trataba de incorporarse en el interior del Mitsubishi. Llegamos a la gasolinera y corrimos una verja metálica que había en la entrada. Supongo que la usaban cuando cerraban. Nos apartamos de ella caminando hacia atrás y pudimos ver como el muerto corría hasta estamparse contra la verja. Se incorporó y empezó a zarandearla violentamente. Sería cuetión de minutos que, por puro azar, su podrido cerebro se diese cuenta de que para abrir la verja no tenía más que echarla a un lado.

- Coge esto y ponlo en marcha. - Me dijo Violet pasándome un pequeño coche teledirigido que había encontrado en un estante.

Es impresionante la variedad de artículos que puedes encontrar en una gasolinera.

Lo saqué de su envoltorio y accioné un interruptor que había bajo el coche que ponía "On". Lo dejé en el suelo y apreté los mandos. No pasó nada. Cogí el coche y enseguida me di cuenta que no venían las pilas dentro. Se me escapó un "¡Maldita sea!" y giré sobre mi mismo en busca de un estante repleto de pilas para el cochecito.

Mientrastanto, Violet hacía algo con un trapo y Vanesa rebuscaba en una estantería.

Encontré las dichosas pilas tras el mostrador. Las introduje en el coche y entonces sí, funcionó.

Me dirigí hacia Violet pero no pude evitar observar como el hombre al que le asomaba la barriga introducía sus brazos por la verja intentando inútilmente alcanzarnos. Parecía más calmado. Incluso casi parecía que estuviese pensando la forma de poder entrar, si es que esas cosas piensan.

Violet cogió el coche y le ató el trapo empapado en alcohol que prendió con un mechero. Al instante el coche se convirtió en una antorcha móvil.
Me quitó el mando de las manos y dirigió el coche hacia el muerto, colándolo entre sus piernas a través de la verja. Las ropas del muerto comenzaron a arder y entonces hizo que el coche saliese disparado, momento en el que el muerto salió corriendo tras él. Poco a poco el dueño del camión se fue convirtiendo en una antorcha andante, cosa que no parecía importarle lo más mínimo.

Violet volteó con el coche el charco de combustible y acercó el cochecito de juguete al camión cisterna. El hombre pisó el charco, resvaló y cayó irremediablemente haciendo que el fuego se extendiese con rapidez por todas partes. Instantes más tarde el fuego llegó al camión que saltó por los aires y la onda expansiva de la explosión nos hizo caer de espaldas.

Me levanté, aturdido, y me dirigí hacia la verja para tratar de localizar al hombre. No quedaba nada de él. Ni rastro. La explosión lo había hecho saltar por los aires junto con el camión que se encontraba a unos cien metros de donde se encontraba originariamente.

- ¡Salgamos de aquí antes de que el fuego lo consuma todo! - Dijo Vanesa abriendo la verja metálica.

Subimos al coche que se encontraba lleno de trocitos de vidrio y sin parabrisas. También le faltaba uno de los retrovisores del capó que debió llevarse por delante el muerto al tirarse en plancha.

Giré la llave, que había dejado en el contacto al salir corriendo del coche y esta vez el motor arrancó tras carraspear un par de veces. Sin duda deberíamos encontrar otro vehículo si no queríamos perder la vida la próxima vez que tuviésemos que parar el coche.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Te felicito, parece que es verdad lo de "año nuevo, vida nueva". Menuda velocidad llevas al postear. En 30 min. me tienes de nuevo aquí. jaja

Saludos.

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