PostHeaderIcon Capítulo 24

Abrí la puerta y saqué a mi hija tal y como se encontraba, con los pantalones bajados. Se me agarró al cuello fuertemente mientras lloraba.

Los muros que separaban un retrete de otro no llegaban hasta el techo y, por el hueco que quedaba libre, vi como algo intentaba salir.

Pronto llegaron todos, con Raúl al frente.

- ¿Qué sucede?
- Hay algo ahí. - Le dije señalando al muerto.
- ¡Joder! Ahora entiendo porqué la puerta del edificio estaba abierta. Salieron echando leches de aquí y dejaron a eso atrapado ahí.
- Y seguramente cerraron la puerta exterior, la que saltamos, para que nadie se topase con esto posteriormente. - Aventuró Rubén.
- ¿Creéis que puede salir? - Preguntó Marta.
- No lo parece, o almenos le va a costar horrores. - Le contestó Rubén mientras nos abrazaba a mí y a Laura.
- De todos modos.. Algo deberemos de hacer con él, o ella. - Sugirió Raúl.

Estaba claro que no podíamos permitir que una de esas cosas estuviese dentro de nuestro nuevo 'refugio'. Lo que no estaba tan claro era quién y cómo iba a acabar con él. Habíamos llegado hasta las instalaciones con la intención de limpiar la ciudad de los miles de muertos que debía haber en ella y ahora no éramos capaces de acabar con uno que encima se encontraba atrapado.

¿Cómo se mata a un muerto? Si es que están muertos. Almenos no tienen un aspecto demasiado saludable. No teníamos armas. Ni un triste cuchillo, aunque por lo visto en el campamento al que nos llevó el ejercito no parecen temer el fuego de una ametralladora, por lo que un cuchillo sería todo menos útil contra este tipo de enemigo.

Mientras todo esto pasaba por mi cabeza, eso continuaba revolviéndose. Cayó varias veces al suelo, se incorporó y comenzó a aporrear la puerta nuevamente. Con uno de esos golpes el pequeño pestillo que mantenía a la bestia atrapada cedió y la puerta se abrió de par en par.

Con dos zancadas alcanzó a Raúl, al que empujó y los dos rodaron por el suelo. Marta gritó y yo me hice atrás con mi hija en brazos.

Rubén agarró por la camiseta al muerto, aunque cada vez estaba más segura que era una muerta, y tirando de ella se la quitó a Raúl de encima. La lanzó contra una pared, tropezó y al caer se golpeó la cabeza contra el retrete del servicio donde estaba encerrada hacía unos instantes.
Un reguero de sangre brotó de su cabeza, pero no pareció importarle lo más mínimo. Instantes después ya estaba en pie y forcejeando de nuevo con Raúl y Rubén.

El chico pelirojo que había desparecido de la escena unos instantes apareció de repente con una red de piscina, de esas que van al extremo de un palo largo y sirven para sacar del agua cualquier cosa que flote en ella. Introdujo la cabeza de la muerta en la red y tiró de ella, haciéndola caer de espaldas.

- ¡Salid de aquí! - Gritó Raúl.

Todos corrimos y cerramos la puerta de los servicios tras nosotros. Rubén y Raúl atrancaron la puerta con uno de los bancos de madera que había en el cambiador impidiendo que el monstruo saliese tras nosotros.

La criatura golpeaba la puerta desde dentro pero era incapaz de abrirla. Estábamos exhaustos y ni siquiera habíamos acabado con uno de ellos. Éramos cinco adultos contra una de esas cosas y por poco no vivimos para contarlo. Es más, ni siquiera la habíamos vencido. Se encontraba al otro lado de la puerta, ansiosa por volver a bailar con nosotros.

Soprendentemente, Laura ya no lloraba en mis brazos. Tenía una cara de pánico como nunca le había visto y miraba fíjamente la puerta que mantenía a ralla a aquella criatura.

- Algo habrá que hacer con ella... - Comentó Raúl. - Por suerte tenemos tiempo para pensarlo, pero no me gustaría dormir en el edificio donde se encuentra una de esas cosas.
- Y que lo digas. - Contestó mi marido. - No se cansaba de arremeter contra nosotros. De hecho, sigue arremetiendo contra la puerta, ¿cómo coño es posible?

Ya no había duda. Sobrevivir sería mucho más difícil de lo que habíamos pensado y acabar con todas las criaturas de la ciudad poco menos que imposible.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me está pareciendo una estupenda historia, tiene buena intriga, buen cambio de grupos y escena... en definitiva, me ha enganchado como me enganchó "Apocalipsis Z" tanto el primero como el segundo.

Sigue así. Buen trabajo.

Consejo : Si aún estás escribiendo, la niña te puede dar mucho juego, incluso muerta, jugando con ella, sus padres y los sentimientos maternales/paternales conseguirás buenas lineas.

Jose dijo...

Sí, aún escribo. Gracias por el comentario y apunto el consejo.

¡Gracias!

Seguidores