PostHeaderIcon Capitulo 47

Llevaba ya dos horas examinando las piezas que estaba dentro de la caja que el Sargento me había dado y no tenía ni idea de por donde empezar. El soldado raso que habían enviado a vigilarme me miraba con cierto excepticismo. Supuse que él tenía tantas dudas como yo de que fuese capaz de llegar a montarlo y hacerlo funcionar.

En realidad pensaba más en Laura y Raquel que en montar aquél Terminator alemán.

Con algo de esfuerzo logré ensamblar varias piezas que conformaba un brazo articulado. Se lo mostre al soldado para demostrarle que iba avanzando y, tras suspirar, giró la cara.
Supuse que en el extremo del brazo debía conseguir acoplar una de las dos pinzas que había encontrado en la caja, pero no sabía muy bien cómo hacerlo.

Decidí seguir sacando piezas de la caja e irlas agrupando según la parte del robot a la que perteneciesen, como cuando haces un puzzle. Pero era bastante más difícil que un simple puzzle ya que no tenía nada en lo que fijarme. No sabía si tenía piernas o ruedas, ni cuanto medía, ni qué complementos llevaba.

Al soldado le sonó el walkie-talkie: - No hay novedades - dijo. Después de que le dijesen algo me pasó el walkie-talkie.

- ¿Sí? - Probé a decir, para ver de quíen se trataba.
- Señor Torres, ¿cómo lo lleva? - Era el sargento.
- Pues verá, es bastante complicado.
- ¿No se aclara con los planos y las instrucciones?

Me quedé pensando unos instantes y, sin contestarle, saqué todas las piezas que quedaban en la caja y allí estaban. Un cuaderno con las instrucciones y desplegables que mostraban el diseño del robot. Me sentí algo estúpido y miré al soldado, que negaba con la cabeza ligeramente.

- ¿Me recibe, señor Torres?
- Sí, sí. Creo que antes de que anochezca puede que tenga notícias para usted. - Le dije sin saber si aquél hallazgo me serviría para agilizar mi tarea.
- Excelente. No olvide que en menos de una hora está previsto que se sirva la cena en el comedor principal. El soldado que está con usted le acompañará hasta allí y después volverán al almacén. No olvide enseñar el sello al recibir la comida.
- Así lo haré. - Dije mientras le devolvía el walkie-talkie al soldado.

Empecé a hojear el cuaderno mientras el soldado acababa la conversación con el Sargento y lo primero que se me pasó por la cabeza fue "tierra trágame". El cuaderno se encontraba en un estupendo alemán que, por supuesto, no comprendía. Almenos si pude echar un vistazo a los planos y esquemas del robot y así pude tener una idea de como debía quedar tras montarlo.

Las imágenes distaban mucho de lo que había imaginado. Ya no era un robocop o un terminator sino que se parecía mucho más al mítico Johnny 5.

Tras un rato de examinar los bocetos y planos comencé a montarlo. Comencé por la base y ésta constaba de un sistema de tracción oruga como la que usan los tanques. En las instrucciones vi un 30km/h que supuse que era su velocidad punta. No era una maravilla pero suficiente para un robot de reconocimiento. Para sortear escalones o grandes desniveles lo hacía ayudándose de sus brazos, sobre los que caminaba si era necesario.

Cuando ya tenía montado la mitad o más el soldado me tocó la espalda y me indicó que debíamos irnos, aunque no dijo nada. Era la hora de cenar, seguramente que con un par de horas más tendría a Johnny 5 listo para ser enseñado al Sargento.

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