PostHeaderIcon Capitulo 44

Ya hacía una hora o más que habíamos pasado la frontera entre Francia y España. Ramírez comía como si su estómago no tuviese fondo algunas de las cosas que le ofrecimos, o mejor dicho le ofrecí, ya que Violet no estaba de acuerdo con darle nada y ya se apresuró a partir nuestras reservas de comida y bebida en dos y decirme que si quería darle algo, se lo diese de mi parte.

Tras beber un trago de agua para tragar todo lo que tenía en la boca Ramírez quiso saber más sobre lo que pasaba:

- Entonces, ¿todo lo de los muertos es verdad? No puede ser posible... Es científicamente imposible...
- Nada es científicamente imposible. Cómo odio esa frase... - Dijo Violet.
- Pero, ¿cómo ha sucedido?
- Como te dije es una larga historia... Unos capullos decidieron jugar a ser Dios y ahora todos pagamos por ellos. - Le contesté mientras conducía el Galant.

- Ajá... Y ¿por qué nos dirigimos hacia Burdeos? ¿Creen que podrían dejarme en algún aeropuerto para que pueda coger un vuelo a Costa Rica? Soy de allí saben y me gustaría estar con mi familia.

- Dudo que haya aeropuertos operativos, pero si quieres te podemos dejar aquí mismo - Le dijo Violet.

- No, gracias. Prefiero seguir con ustedes hasta que encuentre la forma de llegar a Costa Rica - Contestó y tras eso volvió a pegar un bocado a lo que estaba comiendo.

- ¿Creen que cuando lleguemos a Burdeos serán capaces de solucionar esto? - Dijo mientras todavía tenía comida en la boca.

- La verdad es que no sé ni qué buscamos realmente... - Le dije mirando a Violet.
-Buscamos a los responsables de esto para que nos muestren su "trabajo" y poder estudiarlo para intentar solucionar esto.

- Ajá...

Tomé una salida que marcaba Bordeaux y le pedí a Violet que buscase la dirección exacta en la caja que venía éternité.

No fue fácil encontrarlo, pero tras dar muchas vueltas conseguí dar con el polígono industrial donde se encontraba aquél laboratorio. Pero dar con el laboratorio no fue tan fácil. Dando vueltas por el polígono pudimos ver algunos cadáveres que demostraban que la epidemia también había llegado a allí. Por suerte se encontraban inertes en el suelo.

- Debe ser aquí cerca - Dije parando el coche.

- ¿Ya llegamos? - Preguntó Ramírez entre bostezos tras despertarse. No me había percatado de que se había dormido.

Bajamos del coche y tuve a bien dejarlo abierto y no cerrarlo con llave. Si teníamos que salir corriendo sería mucho más rápido que si tenía que abrir el coche con la llave y los riegos de que nos lo robasen por estar abierto eran mínimos.

Había un par de naves industriales semiabandonadas y tras un cruce un edificio blanco que parecía en mejor estado, pero por ningún lado aparecía el nombre de los laboratorios. Realmente aquél edificio no tenía ninguna distinción.

- ¡Tirez les bras! ¡Tirez les bras!

PostHeaderIcon Capitulo 43

Llegamos a la frontera y, para nuestra sorpresa, no había apenas coches abandonados. Esperábamos un gran atasco producido por la gente que intentó huír del país al verse acorralada, pero no había ni rastro de la población.

Es posible que a la mayoría les pillase tan de sorpresa la llegada de los muertos que no les diese tiempo ni a huír. Incluso era más que probable que los pueblos más pequeños ni se hubiesen enterado de todo lo que estaba pasando. Los muertos tardarán meses en dar con ellos, si es que el azar quiere que lleguen a esos pueblos.

- No hay nadie que nos abra la barrera para que podamos pasar. Voy a ver si consigo elevarla ¿vale? No te muevas de aquí - Le dije a Violet saliendo del coche.

- Ve con cuidado. Si las cosas se ponen feas no dudaré en dejarte aquí.

Le sonreí. Cada vez estaba más convencido que todo aquello era una fachada y que detrás de ella había en realidad una chica amable. No creía que me hubiese dejado allí, aunque tampoco podía estar seguro.

Me alejé del coche y llegué hasta una cabina parecida a las que hay en los peajes de las autopistas. Miré por la ventana y, tras comprobar que no había nadie dentro, entré.

La cabina tenía una silla que parecía bastante incómoda como para hacer una jornada laboral completa en ella y un panel con botones y testigos luminosos que estaban apagados.

No había nada fuera de lo normal aparte de un vaso de plástico que seguramente había contenido café y una bolsa de plástico que apestaba. En ella había un bocadillo de pan de molde del que estaban dando buena cuenta varias clases de hongos.

Me fijé en el panel de control y pulsé el botón que, según mi intuición, debía servir para elevar la barrera. No sucedió nada.
Volví a pulsarlo, como si por hacerlo una segunda vez y ejerciendo más presión sobre el botón fuese a funcionar, pero lógicamente no sucedió nada.

Salí de la cabina y miré hacia el coche. La puerta del copiloto estaba abierta y Violet estaba tras ella. Me encogí de hombros en señal indicando que no había encontrado una solución a nuestro problema con la barrera.

Violet con la pistola en la mano derecha apuntó en mi dirección y me agaché de inmediato.

- ¡¿Qué cojones haces?! ¡¿Te has vuelto loca?! - Protesté cubriéndome tras unas cajas de cartón.
- Levantate y mira hacia atrás. Tenemos compañía.

Me giré y pude ver a un hombre que venía hacia nosotros con las manos en alto.

- ¿Hola? Baje el arma por favor, no voy a hacerles nada.
- ¡Date la vuelta y pon las manos en la nuca! - Le ordenó Violet saliendo de detrás de la puerta del coche.
- Les digo que no voy a...
- ¡Dispararé si no lo haces inmediatamente! - Le cortó.
- Está bien... - Dijo el hombre girándose.
- Tú, regístralo - Me dijo Violet señalando al hombre con la pistola.

Era un hombre de mediana edad, algo mayor que yo. Llevaba un uniforme por lo que deduje que trabajaba en la aduana. Tenía el cabello corto, rapado, seguramente para intentar disimular el problema evidente de alopecia que sufría. Al acercarme el olor me echó para atrás y aunque yo mismo llevaba días sin asearme, su olor corporal era realmente espantoso.

Comencé a registrarle, empezando por los tobillos y subiendo por las piernas. No sabía muy bien como hacerlo, pero intenté hacerlo como tantas veces había visto en las películas. Al fin y al cabo no tenía otros referentes.

- Yo sólo quería darles las gracias... - Me dijo el hombre.
- Gracias, ¿por qué?
- Por haberme sacado de allí - Dijo señalando un edificio pequeño que estaba situado tras la barrera que queríamos pasar con el coche.
- ¡No se mueva! ¡Las manos tras la nuca! - Le ordenó Violet.
- Nosotros no te hemos sacado de allí - Dije mientras inspeccionaba sus bolsillos del pantalón.
- ¿No han pulsado un botón que hay en aquella cabina?
- Sí pero... Nosotros queríamos elevar la barrera...
- ¡Pero me han liberado! Pensaba que moriría en aquella habitación.
- Está limpio - Le comuniqué a Violet.

Violet se acercó. - No has mirado aquí - Dijo mientras cogía con su mano izquierda la entrepierna del hombre que pegó un brinco del susto. - Ahora sí, está limpio. ¿Que hacía ahí señor... Ramírez - Acabó diciendo tras mirar la placa que llevaba el hombre.

El hombre relajó su postura. - Pues verán... Hará como tres días me encontraba trabajando aquí como a diario cuando estalló el caos. Llegó un pequeño grupo de personas a pie que empezaron a agredir al personal que se encontraba trabajando aquí. En un forcejeo uno de ellos me mordío esta mano - dijo mostrando la herida - y no había forma de controlarlos. Los agentes de policía que se encontraban aquí logró reducirlos, esposarlos y fue necesario hasta amordazarlos. Debían estar drogados o qué se yo, pero parecían no sentir dolor. Todo cambió cuando apareció una mujer sin una pierna y con el torso destrozado reptando por el suelo. Era imposible pero estaba moviéndose aunque con esas heridas debía estar remuerta, les puedo asegurar que es cierto y no me lo invento.

- Te creemos... ¿Qué más pasó? ¿Cómo acabaste encerrado allí? - Le pregunté.

- Pues verán, cuando apareció aquella mujer una de mis compañeras gritó "¡Son muertos vivientes!" y empezó a decir que había escuchado decir que un brote "zombi" se había dado a no se cuántos kilómetros de aquí y que estábamos perdidos. Perdió el juicio. Todos lo perdieron.

Sí es cierto que yo también había escuchado rumores sobre ese hecho, pero ¿quién en su sano juicio cree algo así? Introdujeron el cuerpo de la mujer en aquella cabina de allí - señaló una cabina que había al lado de la que yo había entrado antes - y decidieron huír todos hacia el interior de Francia no sin antes encerrarme en el aparcamiento subterráneo que hay bajo ese edificio de atrás y que no puede ser abierto desde dentro por seguridad. Para salir te deben dar permiso desde estas cabinas. Me encerraron porque decían que al haberme mordido aquél idiota yo me convertiría en un muerto viviente, ¿se lo pueden creer? Y allí llevaba ya unos días, no sé ni cuantos por no poder ver la luz del día hasta que llegaron ustedes y me rescataron.

- Entonces los muertos ya han pasado por aquí. Ya es algo internacional sin contar los brotes que se hayan dado en otros países por la distribución o robo del producto... - Dijo Violet, abatida.

- ¿Qué me dicen? ¿Ustedes creen todo ese rollo de los muertos que caminan? ¡Me mordieron y estoy vivo!

- A mí también me mordieron y estoy vivo - Le dije mostrándole la herida del brazo que había cicatrizado bastante bien pese a las malas condiciones higiénicas. - pero lo de los muertos es cierto. Es una larga historia pero nos dirigimos a Burdeos, donde se desarrolló lo que ha originado todo este desastre. Ayúdenos a levantar la barrera para poder pasar con el coche.

- ¿Qué cojones le estás contando? ¿Para qué se lo dices? ¿No pensarás en que nos acompañe? - Me recriminó Violet.

Me encogí de hombros e hize una mueca con la boca señalando a Ramírez sutílmente queriendo demostrarle a Violet que aquél hombre no parecía ser una amenaza en absoluto. Después de haberlo tratado esos minutos parecía una persona ingenua a la que habían encerrado cruelmente en aquél aparcamiento, no podía abandonarlo a su suerte.

- ¿Tienen algo de comer ahí? - Dijo Ramírez señalando al coche - ¡Ah! Por cierto, la barrera se puede elevar manualmente - dijo entre risas mientras la elevaba. - Es una suerte que no se diesen cuenta, si no seguiría allí encerrado ¿no creen?

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