PostHeaderIcon Capitulo 26

Empezó a oscurecer y todavía no había ni rastro del pueblo. Violet estalló cuando pasamos junto a una señal que indicaba que el pueblo se encontraba a tres kilómetros.

- ¿Todavía tres kilómetros más? - Protestó la joven inglesa.
- Sí... Parece que está más lejos de lo que pensaba - Dije tratando de disculparme, aunque en realidad ella era la que menos se podía quejar ya que éramos Vanesa y yo quien llevábamos las mochilas cargadas.

Pasado un rato, entre media y una hora, llegamos al pueblo. No parecía haber nadie en sus calles. Anduvimos por varias de ellas, buscando un hostal o pensión donde pasar la noche pero no encontramos nada. Apenas un par de tiendas pequeñas asomaban de entre todas las casas. Por supuesto, cerradas a cal y canto.

Tras unos minutos vimos a una chica al otro lado de la calle. Parecía estar borracha o drogada por su forma de caminar, y se dirigía en dirección contraria a nosotros.

- ¡Menuda yonki! - Exclamó Vanesa.

Cómo no, me tocaría a mí intentar preguntarle si conocía un sitio donde poder pasar la noche.

- ¿Hola? Perdona, aquí detrás. - Le dije mientras iba tras ella.

Se giró. Se giró y pude ver lo muerta que estaba. ¿Muertos vivientes fuera de la ciudad vallada? ¿Cómo coño habían salido?

La chica comenzó a correr hacia a mí, mejor dicho, comenzó a trotar ya que iba cojeando de la pierna derecha. Toda la articulación de la rodilla estaba aplastada y sonaba horriblemente a cada zancada. Cuando hubo avanzado no más de diez metros, la rótula se le partió y cayó al suelo. Trató de levantarse, y estuvo a punto de conseguirlo, pero no parecía comprender que no debía apoyar su peso sobre la pierna derecha y volvió a caer al suelo.

Miré hacia atrás, donde Violet y Vanesa estaban pálidas, casi tanto como esa chica.

Un hombre calvo y gordo igual de muerto que la chica de la rodilla rota ya asomaba por la esquina de la calle junto a tres muertos más.

- ¡Aquí! ¡Venid, deprisa! - Una voz de chico joven nos llamaba desde alguna de las casas.
Tras pasar la mirada por la mayoría de ventanas, pudimos ver que se encontraba en la segunda planta de una casa antigua en bastante mal estado.
Con la mano nos hizo un gesto para que fuésemos hacia la puerta, donde otro chico nos recibió e invitó a entrar.

- ¿Cómo habéis llegado hasta aquí? - Nos preguntó.
- Venimos de la ciudad - Respondí.
- ¿Queda gente viva allí? - Preguntó el chico que bajaba por las escaleras que daban al segundo piso.

- No sé. No creo. No hemos vistos muchos supervivientes en las últimas semanas. - Respondí de nuevo.
- Y vosotros, ¿cómo es que estáis aquí? - Preguntó Violet.
- Veníamos con un grupo de los pocos que sobrevivieron al campo de refugiados.
- ¿Y por qué no seguís allí?
- De alguna forma los muertos se colaron y estalló el caos. El ejército intentó contener a los civiles, incluso disparándoles, pero fue inútil. Un grupo de personas fueron hacia la ciudad y nosotros preferimos venir hasta aquí. ¿Los habéis visto?

Una instantanea se formó en mi cabeza. Mientras íbamos con el todoterreno habíamos visto un grupo de gente al lado de la verja.

- ¡Sí! - Exclamé. - Consiguieron entrar en la ciudad, pero no sé qué habrá sido de ellos.

- ¿Cuándo han llegado los muertos hasta aquí? - Preguntó Violet.

- Ésta tarde, poco después de llegar nosotros. De casualidad nos pudimos meter en esta casa, pero la mayoría de gente del pueblo es mayor y no han corrido la misma suerte. Quedan algunas familias en sus casas, pero no hay forma de contactar con ellas. No quieren asomarse a las ventanas para no llamar la atención.

- ¿Y qué pensáis hacer ahora? - Preguntó Vanesa.

- Esperar. Tarde o temprano alguien vendrá. O eso esperamos.
- Todavía hay agua, por si queréis lavaros un poco - Sugirió el otro chico.

Nuestro aspecto tras varias semanas sin lavarnos debía ser horrible, sin contar el olor corporal.

- No hay ducha, está estropeada, pero hay una pila aquí - Nos comentó el chicó que nos abrió la puerta mientras nos acompañaba al servicio.

Entré en el baño y cerré la puerta. Quizás no pudiera afeitarme, pero almenos sí lavarme de cintura para arriba. Me quité la camisa y me dispuse a lavarme. El agua salía fría, pero no puse ninguna pega. Ver como de un grifo salía agua logro que me evadiera de la realidad por unos instantes e imaginé que no había sucedido nada.

Aproveché para lavar también la camisa. Cuando terminé abrí la puerta del baño. Los cuatro se encontraban en el sofá que había en el salón hablando, supongo, de cómo habían transcurrido las última horas o días.

Nada más verme, uno de los chicos se levantó y señalanadome dijo: - Eh, tío ¡¿Qué cojones es eso?!

- ¿El qué? - Dije sorprendido, mirándome de arriba a abajo.
- Tu brazo, tío. Te han mordido joder.
- Ya... Es... Bueno ya hace semanas de eso. Ahora estoy bien.
- ¿Que estás bien? Hemos visto lo que pasa cuando te muerden - Continuó diciendo el otro chico. - Cuando te muerden acabas siendo una de esas cosas en pocos minutos. Lo hemos visto no hace ni dos horas con la tía esa con la rodilla rota.
- No funciona así - Interrumpió Violet.
- Me da igual como funcione. Yo sé lo que he visto y no queremos correr riesgos de ningún tipo, por lo que sería mejor que os marcháseis. - Dijo el chico que aún estaba en pie, incrédulo.
- No pasa nada. Llevo desde el primer día con ésto y ya se me ha curado, joder - Protesté. - Pero si así lo queréis, nos marchamos.
- Os acompaño a la puerta - Contestó sin vacilar.

Me puse la camisa, aún mojada y salimos a la calle no sin que antes Violet les dirijiese su mejor mirada de odio. Nos estaban condenando a morir. Si los muertos habían conseguido salir de la ciudad quién sabe hasta donde habrán llegado. No debe haber un lugar seguro en decenas kilómetros a la redonda.

Los chicos nos miraban desde la ventana del piso superior. Por suerte los muertos que habíamos dejado atrás una hora antes ahora ya no estaban. Pero sin duda no andarían lejos.

- Sólo una cosa... ¿Hacia dónde está el norte? - Preguntó Violet.

Uno de los chicos señaló una dirección sin decir nada.

- Sólo hay un sitio donde nos puedan decir cómo parar esto. En marcha. - Nos dijo Violet mienstras avanzaba en esa dirección.

0 comentarios:

Seguidores